Es diciembre en Lipowo. El aire está impregnado de olor a pino y sus habitantes se preparan para un frío invierno. Solo hay una cosa que enrarece la paz del lugar: en unos días, el culpable de la muerte del padre del inspector Daniel Podgórski volverá al pueblo. Durante quince años nadie ha osado pronunciar su nombre. Por si eso fuera poco, una pareja que ha viajado desde Suecia amenaza a un habitante del pueblo por una razón que nadie conoce. Daniel intenta mantener la situación bajo control, pero cuando alguien provoca un incendio, como quince años atrás, el pasado regresa, sin piedad. Para complicar más las cosas, se realiza un inquietante hallazgo en el bosque, en lo que decadas atrás fue el asentamiento de una secta.