Clara es peluquera en un pequeño pueblo de Borgoña. Su día a día es una jefa melancóliva, un amigo tan guapo como un príncipe de Disney y un gato que no se deja acariciar. En su vida reina la calma, tal vez demasiada, hasta el día en que Clara conoce al hombre que cambiará su vida: Marcel Proust. Tierna, irónica y entrañable, esta historia de emancipación es también un maravilloso homenaje al poder de los libros.