«¿Y lo imaginario es real? Claro, qué va a ser si no».El día en que cumple dieciocho años, Carlos recibe un extraño regalo: la noticia de que su padre, al que nunca trató, ha muerto y le ha dejado en herencia una casa con todo lo que contiene y una vida desconocida a la que asomarse. Examinando los vestigios de esa existencia abruptamente interrumpida, encuentra un manuscrito que narra una historia de amores secretos, de una niña y una mariposa, de amistad y de muerte. ¿Es una confesión real o una ficción?Carlos, que está a punto de iniciar sus estudios de Administración y Dirección de Empresas, se da cuenta de que su padre era un lector voraz. En el dormitorio de esa casa que poco a poco va haciendo suya, junto a la cama, descubre un libro que le atrapa: los cuentos de los hermanos Grimm. El chico se sumerge en la lectura de esos relatos y al tiempo inicia un proceso vital que le acerca cada vez más a su padre y le enseña la manera de transitar por esas fronteras invisibles que separan la realidad de la fantasía y la cordura de la locura.En esta novela engañosamente ligera, Juan José Millás vuelve a algunos de los temas más representativos de su narrativa, como la identidad, el desdoblamiento, los recovecos más oscuros de la realidad cotidiana aquellos en los que se esconde lo extraordinario y la paternidad, al tiempo que compone un himno a la imaginación y al poder transformador de la literatura.Críticas:«Millás tiene la capacidad de ver donde otros no alcanzamos ni siquiera a vislumbrar nada».César Coca, El Correo«La escritura de Juan José Millás, el Buster Keaton de nuestra literatura, es única e inimitable».J. A. Masoliver Ródenas, Cultura/s (La Vanguardia)«Una mirada transgresora y llena de sutileza que transforma la realidad, la reinterpreta y la ficcionaliza».Íñigo Urrutia, El Diario Vasco«Nadie más preocupado por las palabras que este escritor que las mima y seduce hasta hallar ese hueco de silencio que se esconde tras ellas».Elena Hevia, El Periódico«Millás derriba el mundo y descubre su trastienda, se divierte con la demolición, aunque describa el triste escaparate de los días. Millás, está claro, sigue siendo unmaestro».Saúl Fernández, La Nueva España