A finales del siglo IV d.C. una mujer llamada Eucrocia , tras haber confesado el delito de brujería (maleficium) bajo severas torturas , era arrastrada por las calles de la ciudad de Tréveris hasta llegar al patíbulo , donde iba a ser decapitada por orden del emperador Máximo (383-388). Por aquel mismo tiempo , en Burdeos una enardecida multitud apedreaba hasta la muerte a otra mujer , Úrbica . Ambas pertenecían a la nobleza aquitana , eran cultas damas emparentadas con destacados hombres de letras bordeleses, gustaban de ejercitarse en le ascetismo mediante ayunos , retiros espirituales mistos en los que se leían e interpretaban los textos bíblicos ( incluidos los apócrifos) y , lo más importante , ambas dieron su vida por el mismo motivo : seguir las ideas rigoristas predicadas por le obispo hispano Prisciliano de Ávila, el cual fue decapitado también, junto a Eucrocia y otros de sus correligionarios .