Tolstoi dice en el comienzo de Anna Karenina: «Todas las familias felices se parecen». Yo añadiría: «Todas las familias, felices e infelices, son parecidas, porque en todas ellas hay luces y sombras».Esta es la historia de un hombre y una mujer, como tantos miles, que emigraron a América y formaron una familia, en su cabeza siempre estuvo «volver», pero no sabían que el regreso sería más duro que la marcha.Es una historia, como muchas de las que se formaban allende los mares, con secretos inconfesables, no obstante «cada familia asume sus ilegitimidades e inmoralidades como puede».Pero, sobre todo, es la historia de cuatro mujeres que asumireron cada una de una forma diferente su papel secundario, un escalón o varios debajo del papel principal reservado solo a los hombres.