¿Hay algún criterio para definir qué opiniones traspasan el límite de lo éticamente correcto? ¿Hasta qué punto las creencias infundadas pueden serútiles para la sociedad y en qué medida dejan de ser moralmente aceptables? No hay duda de que la ética tiene una relación con el conocimiento, pero entender esta relación no es una cuestión fácil. Esta no solamente supone entender la manera en que nuestro saber afecta nuestras decisiones y conductas, sino también exige responder a la pregunta de si somos responsables o a qué grado lo somos de nuestras creencias. Las respuestas que ofrezcamos a esta clase de cuestionamientos tendrán un impacto en la actitud que adoptemos frente a las formas diferentes de pensar y de actuar de otros, pues la existencia de un diálogo racional, pacífico y fructífero depende, en parte, de dichas respuestas. En nuestras actuales sociedades democráticas, donde la deliberación libre y pacífica es de vital importancia para la obtención de acuerdos, desgraciadamente vemos cómo los debates se tienden a polarizar y derivan rápidamente a la agresividad, tanto verbal como física. Además, las redes sociales han sido una ocasión para la proliferación de errores graves y creencias que ponen en peligro las bases sobre las que nuestra civilización descansa. La reflexión sobre estas cuestiones se vuelve, por ende, una tarea urgente. El presente libro, conformado por trabajos de varios autores provenientes de tradiciones filosóficas diversas, tiene el propósito de entregar algunos instrumentos conceptuales que ayuden a realizarla.