La hija del protagonista no para de preguntarle por una cosa y la otra, parece que no se cansa, su curiosidad es insaciable: «¿quién inventó el papel?, ¿y el rock? ¿y el alfabeto?, ¿y?». El padre, paciente, responde como puede a cada una de sus insistentes preguntas. Al final se le ocurre que puede escribir una historia contando estos hechos.