Mi papá de pequeño dibujaba dinosaurios. Ahora es arquitecto, y dibuja casas y planos.También le gusta pintar caritas sonrientes en mi agenda del cole y corazones de tomate en los macarrones.Papá siempre me explica que es importante esforzarse mucho, pero que no pasa nada si a veces, pintando, nos salimos un poco de la línea. Dice que es mejor acabar un poco manchado que no pintar nada.Y es que mi papá... ¡pinta mucho!Un cuento de crianza, conciliación y paternidad. Para leer en familia y descubrir juntos rutas inexploradas. ¡El regalo perfecto para el día del padre!